La capital ecuatoriana enfrenta una creciente ola de robos de medidores de agua, un problema que ha dejado a miles de quiteños afectados y a las autoridades en busca de soluciones. Según datos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), en lo que va del año 2025 se han registrado más de 2.700 casos de sustracción de estos dispositivos en diversos sectores de la ciudad. Este fenómeno no solo genera inconvenientes en el suministro de agua, sino que también representa un costo adicional para los usuarios, quienes deben asumir el reemplazo de los medidores robados.
La razón detrás de estos robos es el valor de los materiales con los que están fabricados los medidores. Juan Silva, representante de la Gerencia Comercial de Epmaps, los criminales buscan extraer el bronce y el cobre de estos dispositivos para venderlos en el mercado negro. Uno de los últimos incidentes tuvo lugar en el vecindario de La Floresta, donde cámaras de seguridad grabaron a dos jóvenes robando un medidor de agua en solo unos segundos. Este no es un caso único; en esa área se han reportado varios robos similares en semanas recientes. Para hacer frente a este problema, Epmaps ha comenzado un plan para reemplazar los medidores tradicionales por unos hechos de materiales menos atractivos para los ladrones. “Estamos introduciendo medidores fabricados con polímeros, que no contienen metales valiosos”, comentó Silva. Sin embargo, mientras se avanza en esta transición, los usuarios afectados deben asumir el costo de reemplazar los dispositivos robados, un gasto que se refleja en sus facturas de consumo.